LA ABRAZOTERAPIA O TERAPIA DEL ABRAZO
El fundamento científico del alto poder terapéutico del abrazo, queda marcadamente de manifiesto en el gesto de la madre cuando toma a su hijo y, al igual que en
el alumbramiento o cuando le amamanta, su cerebro se encuentra segregando la maravillosa hormona de la oxitocina, conocida por ser la hormona del "apego". Gracias a ella, el bebe se siente unido a su madre y resguardado de todo peligro.
Pero todavía hay más, en el acto del abrazo no solamente actúa la oxitocina, sino que también, el abrazo activa en el cerebro la liberación de serotonina y dopamina, por lo que resulta fácilmente entendible la razón por la que experimentamos una maravillosa sensación de bienestar, sedación, armonía y plenitud en el momento del abrazo.
Al arroparnos, un abrazo nos proporciona seguridad y confianza.
2- Nos proporcionan consuelo y por ello nos ayudan a recuperarnos de la nostalgia y la tristeza.
3- Favorecen la expresión emocional no verbal, nos ayuda a comunicarnos sin palabras.
4- Rebajan el nivel de estrés y la angustia.
5- Nos ayudan a conectar con los demás, facilitando la comunicación afectiva y el sentimiento de empatía.
6- Al generar bienestar, mejora nuestro humor y ahuyentamos el pesimismo.
7- Son de gran ayuda para superar bloqueos físicos o emocionales.
8- Dejamos de sentirnos solos para sentirnos sostenidos.
9- Generan un sentimiento de agradecimiento.
10- Cada vez que damos un abrazo… ¡recibimos otro!
Pero todavía hay más, en el acto del abrazo no solamente actúa la oxitocina, sino que también, el abrazo activa en el cerebro la liberación de serotonina y dopamina, por lo que resulta fácilmente entendible la razón por la que experimentamos una maravillosa sensación de bienestar, sedación, armonía y plenitud en el momento del abrazo.
Al arroparnos, un abrazo nos proporciona seguridad y confianza.
2- Nos proporcionan consuelo y por ello nos ayudan a recuperarnos de la nostalgia y la tristeza.
3- Favorecen la expresión emocional no verbal, nos ayuda a comunicarnos sin palabras.
4- Rebajan el nivel de estrés y la angustia.
5- Nos ayudan a conectar con los demás, facilitando la comunicación afectiva y el sentimiento de empatía.
6- Al generar bienestar, mejora nuestro humor y ahuyentamos el pesimismo.
7- Son de gran ayuda para superar bloqueos físicos o emocionales.
8- Dejamos de sentirnos solos para sentirnos sostenidos.
9- Generan un sentimiento de agradecimiento.
10- Cada vez que damos un abrazo… ¡recibimos otro!